Una pequeña bodega fundada en 1892 con todo el encanto y sabor del centro de Madrid. El local está repleto de todo tipo de detalles y se puede saborear las tapas más exquisitas: una perfecta tortilla de patatas (cuajada en su punto), riquísimas croquetas (de cabrales, carabinero, cecina o bacalao), el salmorejo cordobés y las famosas y sanas alcachofas en flor.
La esencia de Madrid es conocer sus tabernas y bodegas, por lo que pasar por La Ardosa es una visita casi obligatoria.
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